Dentro de la industria del videojuego hay una lucha encarnizada que se lleva a cabo entre grandes y pequeños estudios independientes por acaparar la atención del jugador y fidelizarle, con el fin de lograr el éxito que asegure la supervivencia del videojuego durante muchos años.
El éxito se alcanza desde el primer paso que se da en el largo camino de producir un videojuego en el que, antes de empezar la fase de producción del mismo, se lleva un proceso en el que se debe desarrollar una idea, llevarla a la conceptualización, definir el tipo de jugado al que va dirigido, definir las mecánicas de juego, crear los personajes de forma exhaustiva en cuanto a biografía, psicología, tipo de personaje, Inteligencia Artificial, etc. Así mismo, se debe abordar un estudio completo sobre cómo diseñar la interfaz del juego, así como el hud que será incorporado en el gameplay con todos sus elementos, como minimapas, inventarios, brújula, información sobre vida, munición, estadísticas, etc.
Algo como el diseño de niveles cobra una importancia especial: se definen los objetivos del juego, las estrategias para llevar a cabo su finalización… Todo se une para dar lugar a un pieza vital dentro del equipo de desarrollo: el Level designer. Este se encarga de materializar el GDD (Game Design Document), que va a definir los límites a cada profesional dentro del proyecto y que definirá todos los aspectos técnicos a poner en marcha.
Durante el curso se cubren todos los objetivos, siendo el principal fin, el de poder documentar profesionalmente un proyecto basado en un videojuego creando para ello un Dossier y un GDD que aseguren la correcta participación de cada profesional dentro del desarrollo del producto.